viernes, 26 de agosto de 2011

LOS VIGILANTES

¿Mi amor vemos una película hoy día?


Mmm ya pues mi vida!!!!


¿Pero compramos algo para la película?


Claro mi vida!! Que te provoca?


Vamos a Tottus y vemos!!


Así comenzó un viernes que en que no teníamos muchas ganas de salir o hacer algo con mi enamorada.


Bueno pues la fui a recoger y tomamos el taxi que nos llevaría a Tottus, ya en el supermercado, agarro un carrito porque me da flojera cargar una canastilla. Paseamos por el supermercado y vamos sacando las cosas que nos provoco comer para esa noche de película. Una gaseosa, un par de sobre de canchita de microondas y un dulce para después de la canchita. Todo muy bien, Aprovechando que teníamos 3 o 4 cosas nos dirigimos a la caja “rápida”. Bueno después de haber pagado las cosas. Salimos con las mismas y en plena puerta un nada carismático personaje, vestido de camisa blanca y un plumón rojo en la mano se me acerca y me dice, con la seriedad y cara de pocos amigos que los caracteriza:


Señor sus bolsas y su boleta


La reacción de mi enamorada fue de mantener un silencio sepulcral, digno de una iglesia en plena madrugada. Pero por otro lado digamos que la mia fue algo menos que de molestia y fastidio, le contesto:


Aquí están ¿qué quiere?


Tengo que revisar sus bolsas, son las normas de la empresa


Por supuesto que me negué rotundamente ya que no había dado motivo alguno para que lo hicieran, o aun ni siquiera habían sonado las alarmas de los sensores de la puerta.

Esta historia es el común de las personas que entran y/o salen de todos los supermercados, Tottus, Plaza Vea, además de Sodimac.

Cientos de personas que son revisadas de forma tan similar como si fueran ladrones. Que indudablemente no lo son, casi todos.

Estos típicos personajes de actitud solemne y plumón en mano creen estar en un puesto donde creen tener el “derecho” de revisar, plumón en mano, todas nuestras pertenencias, desarmar todos los paquetes que tenemos y con los que salimos de su dichoso local, nos revisan, meten mano en nuestros bolsos, carteras y casacas, con el fin de evitar molestias, inconvenientes o malos entendidos.
Digo yo: no hay derecho de estar siendo revisados cual viles ladrones o tenderos, siempre y cuando esa norma no esté publicada en sus cartelitos de acrílico en la puerta. No hay derecho de ser revisados peor que Talibán en aeropuerto gringo.
Ahora bien ¿no se supone que hay un área donde se puede dejar las bolsas y paquetes con los que ingresamos a estos locales? ¿No se supone que en el momento de salir de caja todos los productos son verificados y debidamente embolsados?

Les pregunto: hasta cuando debemos seguir siendo víctimas de los abusos de estos singulares personajes que han surgido con la llegada de estas cadenas de supermercados? Que sin más  reparos miran y meten las manos en nuestras pertenencias. Y nosotros tontamente nos dejamos. Y encima de todo en algunas ocasiones somos perseguidos por estas personas hasta que nos pierden de vista o nos alejamos lo suficiente, pero siempre con la sensación de haber hecho algo malo, o haber pasado el mal rato de ser perseguido como delincuente.

Espero que les haya gustado esta publicación y agradecido por sus comentarios.

Saludos cordiales

J E N U



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